Mother’s Day – 2016
Te escribo en Español porque es la lengua que siempre hablaste. Cuando pienso en ti mamá, me viene a mente más que nada todos los sacrificios que hiciste por mi. Desde el primero, cuando decidiste en aquel convento de Monterrey donde habÃas llegado por haber dado un “mal paso”, cuando decidiste que no me darÃas por adopción como se habÃa planeado. Desde ese momento juntamos nuestras vidas. Regresaste a Tampico a vivir con mi abuelo y que la gente dijera lo que dijera. Cuando seis años después te casaste con Charlie Stork y el, al adoptarme, me dio su nombre. También ese fue un sacrificio que después de muchos años pude reconocer como tal. Charlie Stork tenÃa veinte años de edad más que tu y te casaste más que nada para darme un padre. Qué es un sacrificio? Mucha gente piensa que es hacer algo para el bien de otros, algo que nos duele, algo que si no fuera por esa otra persona que amamos, no lo harÃamos. SÃ, asà fueron tus sacrificios, pero también la palabra significa “hacer sagrado” – convertir un acto en acción con una transcendencia más allá de lo ordinario. Transformar algo que duele en algo sagrado es amar, es amor. No hay pérdida porque el bien que hacemos por el ser amado es nuestro propio bien. Y ese sentido también tuvo lo que hiciste por mi. Aceptar tu soledad cuando me fui lejos a estudiar – primero a Spring Hill College en Alabama y luego a Harvard en Massachusetts, fue un sacrificio, quizá el más grande que hiciste. Uno de los dos, tú o yo, tendrÃa que hacer un sacrificio. Yo me podrÃa haber quedado cerca de ti y sacrificar lo que veÃa como oportunidad. Pero te pedà a ti que hicieras el sacrificio de dejarme ir. Se que te hizo feliz ver mis pequeños triunfos pero también se que estar sola te causó mucho dolor. Y luego por fin, el último y más grande sacrificio cuando la enfermedad no te permitÃa vivir sola, cuando sabÃas lo difÃcil que serÃa para mi cuidarte, entonces hiciste por mi ese otro sacrificio. Le pediste a Dios que te llevará con El, y El acepto tu sacrificio. Y ahora después de tantos años te recuerdo y en pequeña forma te doy las gracias. Cómo podré yo responder a tus sacrificios para que no se pierdan, para que tu amor siga viviendo en el mundo? No tengo otra forma sino tratar de amar a los que Dios pone en mi camino, tratar de ser útil con mi pobre escritura. No fue en vano, Mami, lo que hiciste y tu soledad y tu dolor son semillas que viven en mi alma y algunas ya florecieron y a las otras les doy el agua de la tristeza y alegrÃa para que crezcan. Perdóname si a veces me olvido de tu sacrificio en mis pensamientos pero, aún asÃ, aquà lo llevo siempre corriendo por mi sangre. Gracias Mami.